En estos momentos se desarrolla en Argentina un concierto a beneficio de aquellos que estan desabrigados por el terremoto del 27 de febrero en Chile.
El concierto se llama Argentina abraza a Chile.
Son tan importantes estos gestos. Son gestos de las personas a las personas, del hombre al hombre. Es bueno recibir la solidaridad de los gobiernos de otros países, pero actos como el que se desarrolla, en este instante, en Argentina, no derivan de lo políticamente correcto. Es un gesto que viene de la emoción, de la empatia, de reconocernos todos como hombres, sin fronteras y simplemente empatizar con el dolor de...otros hombres.
En general los países que tienen límites en común tienen una historia de rencillas, disputas y tontas competencias, y antiguamente incluso guerras. Y no es diferente en el caso de Argentina y Chile, en donde por épocas resentimos a nuestros amigos argentinos y en donde ahora muchos de ellos nos resienten a nosotros los chilenos. Ambos nacionales nos acusamos, mutuamente, en distintas épocas de arrogantes. Creo que siempre fueron unos pocos, los menos, los tontos de siempre. Pero tenemos historias ricas de intercambio de amistad que deja en el olvido actitudes de distanciamiento provocada, a veces, por gobernantes con propósitos excusos.
Acciones como las promovidas por León Giecco, este gran artista argentino, muestra que los hombres tenemos esperanza, en el sentido de que queremos dejar atrás las divisiones interpaíses. Que comenzamos a ver claro que el hombre es uno solo. Una especie que tiende, espero, a mirarse como iguales. No es fácil el camino puesto que todavía el planeta está amarrado a institucionalidades y desconfianzas arcaicas. Pero, un poco cada día, evolucionamos hacia la integración verdadera del hombre.
Saludo desde aquí a mis amigos argentinos Hector y Rita, que en este momento viven en Neuquén. Los conocí hace años, cuando vivían en Chile. Después del terremoto recibí un mail de Hector preguntando por las circunstancias en que lo viví.
Dejémonos de mezquindades antiguas. Nos necesitamos todos. A veces unos, a veces otros, pero la vida en el planeta ciertamente es más fácil cuando pensamos que podemos contar con la solidaridad de otros hombres, y se siente el corazón licuado cuando la solidaridad viene de aquellos que algún día miramos como nuestros adversarios...
Un abrazo para los argentinos...
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